La importancia de prevenir caídas

1. La importancia de prevenir caídas

1.1 ¿Qué significa la prevención de caídas en personas mayores?

La prevención de caídas en personas mayores es, de hecho, asunto de todos. Es toda una operación que conlleva implementar estrategias preventivas, la capacitación de los adultos mayores y la creación de entornos más seguros, dentro y fuera de sus casas. Apoyados por investigaciones relacionadas con caídas de varios países europeos, esperamos poder concienciar a la persona mayor, a los cuidadores y a las familias para los riesgos de una caída. No es para menos, si consideramos los datos y cifras de la Organización Mundial de Salud sobre el tema de las caídas:

  • Las caídas son la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales o no intencionales.
  • Se calcula que anualmente mueren en todo el mundo unas 646 000 personas debido a caídas.
  • Los mayores de 65 años son quienes sufren más caídas mortales.
  • Cada año se producen 37,3 millones de caídas cuya gravedad requiere atención médica.

A fuerza de décadas de trato con personas mayores, en Stannah sabemos muy bien que una simple caída es, naturalmente, una mala experiencia y todos queremos evitarlas. Si nos enfocamos en lo obvio, es una experiencia dolorosa, desagradable, que puede resultar en lesiones menores, pero más veces de lo que sería deseable resultan en lesiones graves. Cuando hablamos de caídas, sabemos que son especialmente problemáticas en personas mayores – o incluso en personas más jóvenes, que presenten condiciones musculoesqueléticas como la artrosis y la osteoartritis. Sin embargo, nuestro enfoque va para las personas mayores de 65 años, ya que, incluso las más saludables y en buena forma física, presentan un inevitable y natural deterioro físico, sensorial y cognitivo que pueden pasar desapercibidos durante algún tiempo. Si hablamos de adultos mayores de edad avanzada, por encima de los 75 años, las implicaciones y complicaciones de una simple caída podrían ser aún más graves. Pero por qué deberías, hoy, si tan solo tienes 50 o 60 años, ¿preocuparte por prevenir una caída, si todavía te sientes bien? ¡Porque «prevención» es la palabra de orden y porque, si todavía no es por ti, podría ser por tus padres de 80!

1.2. Consecuencias derivadas de una caída

Las caídas son de las principales causas de mortalidad por causa diferente al envejecimiento, y tienen un elevado impacto en la vida de las personas mayores, en la de sus familias y en los sistemas de salud. Sin embargo, pese la importancia del tema, el número de estudios asociados a la medición de su impacto socioeconómico en España es muy limitado, a diferencia de aquellos asociados a otras causas como los accidentes de tráfico o los accidentes laborales. Esto hace con que este sea un tema aun muy invisible, donde poco se habla de las consecuencias derivadas de una caída, como si una caída en una persona mayor fuera algo esperado e inevitable. Pero no nos conformamos con eso y hacemos hincapié para que sean cada vez más comunes los planes de prevención de caídas para las personas mayores, a raíz de los 3 tipos de consecuencias derivadas de una caída:

  1. Consecuencias físicas graves: Una caída muy a menudo tiene consecuencias físicas en forma de lesiones moderadas o graves. Las lesiones más comunes son los hematomas, las fracturas (cadera) y traumatismos craneoencefálicos, que a menudo resultan en un largo proceso de recuperación o incluso muerte prematura. Las lesiones más leves consisten en daño tisular (herida abierta en la piel), esguinces y distensiones.
  2. Consecuencias psico-sociales graves: Después de una caída, las personas mayores a menudo experimentan miedo a caer de nuevo o un sentimiento de vergüenza, lo que las hace sentir inseguros y vulnerables. Incluso puede llegar a desarrollarse el Síndrome de Postcaída que se manifiesta por la pérdida de confianza de la persona mayor en su sentido del equilibrio, lo que en realidad es una respuesta protectora que conlleva a una restricción de las actividades que, a largo plazo, resultará en un efecto adverso en el plano social, físico o cognitivo: pérdida de independencia funcional, deterioro de la calidad de vida, depresión, hasta culminar en la institucionalización.
  3. Consecuencias financieras graves: Un estudio realizado por la Universitat de Barcelona, en el 2016, demuestra que los costes socioeconómicos derivados de cuidados de larga duración tras caídas en personas mayores, han ascendido a los 781 millones de euros en España, lo que representa un 0,07% del PIB y, sin duda, ponen de manifiesto la necesidad de que los gobiernos pongan en marcha políticas preventivas. Según actualización del IMSERSO, también del 2016, el coste anual individual de los cuidados de larga duración varía entre los 15.000 y los 20.000 euros, según el grado de dependencia y el tipo de servicio.

Una caída en una persona mayor de 65 años casi nunca es «solo una caída». Es por eso por lo que la atención a la prevención de caídas es tan importante. Obviamente, las consecuencias físicas y el largo proceso de rehabilitación son eventos drásticos e impeditivos para la persona que ha sufrido una caída, pero también para el entorno que ve a este ser querido perdiendo su independencia y, probablemente, con necesidad de atención y ayuda gran parte del día. Pero está también el aspecto psicológico, como el síndrome del temor a caerse, también conocido como «síndrome de postcaída», que hace con que muchas personas mayores no se atrevan a salir de casa. Estos son factores reales que afectan la calidad de vida de una gran parte de la población de personas mayores. Debemos ser conscientes de lo que está, o no, en nuestras manos hacer para la prevención de caídas.

1.3 Prevención de caídas: estadísticas 

Similar a la lo que ocurre en el mundo y en Europa, en España el riesgo de caídas y la prevalencia de las caídas aumentan con la edad y el nivel de fragilidad asociada al envejecimiento. El síndrome de fragilidad se define como un estado clínico en el que se verifica la disminución de las reservas en múltiples sistemas orgánicos, que se hace acompañar de mayor vulnerabilidad al estrés. Se caracteriza también por baja resistencia, pérdida de peso involuntaria, baja capacidad de actividad física, fatiga y lentitud del caminar. Las enfermedades crónicas son factores de riesgo para el síndrome de fragilidad y la fragilidad es motivo de caídas.

Según el EuroSafe 2015, alrededor de 24,6 millones de personas han sufrido accidentes domésticos y de ocio en Europa entre 2012 y 2014, representando, según el Informe DADO (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en España, 2011) la cuarta causa por índice de mortalidad, después de las enfermedades del corazón, el cáncer y las enfermedades cerebrovasculares. Además, según la Organización Mundial de la Salud, el 63% de todas las lesiones no intencionales ocurren en el hogar, en actividades deportivas o durante tiempo de ocio (World Health Organization, 2009)

Hablar de hechos tan importantes sin mencionar los números, no tendría el mismo impacto. Por eso, analizaremos las estadísticas relacionadas con caídas de personas mayores, analizadas por el Centro de Experiencia para la Prevención de Caídas y Fracturas, en Bélgica, que nos servirá de referente europeo:

  • Entre el 24 y el 40% de los mayores de 65 años que viven en casa se caen una vez al año. El 21 a 45% se cae incluso más de una vez al año. En las personas mayores con demencia esta cifra se eleva al 72%, de los cuales el 39% cae repetidamente.
  • El porcentaje es mayor entre los mayores de 65 años que viven en residencias: entre el 30 y el 70% de estos ancianos se cae una vez al año y entre el 15 y el 40% de estos ancianos caen repetidamente.
  • El riesgo de caída aumenta cuanto más avanzada la edad: en las personas mayores de 75 años, entre el 35% y el 45% cae al menos una vez al año.
  • Las caídas son la causa principal de «lesión involuntaria» y la quinta causa más común de muerte en mayores de 75 años.
  • El 40% de las lesiones y muertes son atribuibles a incidentes relacionados con caídas.
  • Las mujeres son más propensas a tener una fractura de cadera, pero los hombres son más propensos a morir por una fractura de cadera. Las mujeres también caen más a menudo, pero los hombres mueren más a menudo debido a una caída.

Podemos concluir que el número de accidentes relacionados con las caídas aumentará en el futuro porque la tendencia es que haya muchas más personas mayores de 65 años debido al envejecimiento actual de la población y con la llegada de los baby boomers a la jubilación (nacidos entre 1946 y 1964). En España, en particular, la incidencia de los accidentes domésticos y de ocio en personas mayores es superior a la derivada de los accidentes de tráfico. Este hecho justifica la necesidad de hacer hincapié en la educación, en la capacitación, en la creación de entornos más seguros, en la priorización de la investigación relacionada con las caídas – que nos ha parecido muy escasa – y el establecimiento de políticas eficaces para reducir los riesgos. De la misma forma que se hacen campañas de concienciación para la seguridad vial, deberían hacerse también para la prevención de caídas en mayores.

¿Dónde es más común que ocurran caídas?

Fuente: valpreventie.be


¿Qué lesiones suelen resultar de una caída?

Fuente: valpreventie.be

2. Causas o factores de riesgo que podrían provocar una caída

Cuantos más factores de riesgo tenga una persona, mayor será la probabilidad de caerse. Pero para poder prevenir una caída, hay que ser capaz de reconocer las posibles causas o esos factores de riesgo. Algunos son más obvios que otros, pero es necesario recordarlos cada día para que no bajemos la guardia nunca. Por eso, hemos reunido aquí algunos de esos factores de riesgo que consideramos fundamentales tener en cuenta.

2.1 Factores de riesgo para una caída

Los factores de riesgo para una caída pueden ayudar a identificar lo vulnerable que es alguien ante la posibilidad de caer. Algunos factores quizá nunca se nos han ocurrido, pero cuando pensamos en ellos, tienen mucho sentido. Los factores presentados a continuación, pueden servir de lista de verificación para averiguar qué conciencia tienes de tu condición física o ayudar a identificar esos factores en algún ser querido mayor.

Podemos dividir los factores de riesgo para una caída en dos grupos, para que sea más fácil comprenderlos:

  • Factores físicos – relacionados con la persona
  • Factores ambientales – relacionados con el entorno

Hay muchos elementos a nuestro alrededor que pueden causar una caída. Todos sabemos como son imprevisibles algunas de esas caídas por la cantidad de factores ajenos, que no controlamos, incluso cuando somos jóvenes y estamos en buena forma física. A continuación, identificamos los factores más comunes, divididos entre físicos y ambientales:

Factores físicos

  • Dificultades con las funciones cognitivas como la atención, la concentración, la orientación, pero también la comprensión y la realización de planes.
  • Falta de equilibrio, lo que resulta en disminución de la confianza al moverse.
  • Sentimiento de vulnerabilidad por haberse caído antes, lo que puede causar ‘miedo a caer’.
  • Medicamentos como estabilizadores del estado de ánimo y otros psicofármacos que pueden contribuir a caídas.
  • Mareos cuando se levanta demasiado rápido, sensación de confusión, disminución de la conciencia y desorientación.
  • Incontinencia, tener que ir al baño a menudo, especialmente por la noche.
  • El deterioro de la audición y la visión, especialmente los problemas relacionados con la visión.
  • Presencia de juanetes u otros problemas en los pies pueden alterar seriamente el equilibrio.
  • Artritis y problemas articulares en general.
  • Desnutrición y sus consecuencias, como osteoporosis o falta de vitamina D y calcio.
  • Dolor crónico, que puede contribuir a menos movilidad y equilibrio, y resultar en caídas.

Nota: es muy importante seguir moviéndose y hacer ejercicios de fortalecimiento muscular, para mejorar la coordinación y el equilibrio.

Factores ambientales

  • Suelos húmedos o resbaladizos tanto en el interior como en el exterior.
  • Zapatos que no ofrecen agarre ni estabilidad.
  • Muebles inestables sin agarre, alfombras sueltas o alfombras en general.
  • Inexistencia o insuficientes puntos de apoyo por la casa, sobre todo en el baño.
  • Lugares en la casa o al aire libre que no están suficientemente iluminados.
  • Un entorno con el que las personas no están familiarizadas y en el que pueden reaccionar menos rápido si es necesario.
  • El tráfico inestable fuera puede causar estrés y desorientación.
  • En el exterior, desniveles en aceras, baldosas sueltas, por ejemplo.

2.2 Prevención de caídas en personas mayores que viven en sus casas

Como hemos visto antes en el estudio belga, alrededor del 35% de todos los mayores de 65 años que viven en casa caen al menos una vez al año. Un tercio de este 35% incluso se cae varias veces al año. Podemos afirmar que las caídas en casa son un problema común en toda Europa.

Las investigaciones han demostrado que tener problemas de movilidad es un factor de riesgo importante para las personas de la tercera edad. Pensemos en todos los trastornos de equilibrio, marcha y disminución de la fuerza muscular. La ayuda de un fisioterapeuta y la concienciación a través de cursos de prevención de caídas podrían ayudar a reducir el riesgo de caída. Los beneficios para el fortalecimiento muscular y, por lo tanto, para la mejora del equilibrio, son incalculables.

A continuación, analizaremos los 4 pilares para la prevención de caídas en personas mayores que viven en casa.

¿Qué medidas podemos implementar?


Adaptar el entorno a las rutinas

Evaluación del uso de medicamentos

Evaluación del calzado más adecuado

Trabajar en la mejora del equilibrio

2.3 Prevención de caídas en Residencias o Centros de Atención

Centros de atención residencial

Las personas mayores que viven en centros de atención ya no son lo suficientemente independientes como para seguir viviendo en casa. Según datos del IMSERSO, actualizados en el 2016, el coste anual por una persona dependiente en una residencia puede llegar a los 20.000 euros anuales. Además, se estima que dos de cada tres residentes de un centro de atención residencial se caen al menos una vez al año.

Casi nunca se trata de un solo factor

Hemos visto que varios factores entran en juego cuando se miran las causas de una caída. No es fácil, en retrospectiva, concluir sobre qué factor fue la causa principal causa de la caída.

2.4 Prevención de caídas y tu aseguradora de salud

Repetimos: la prevención de caídas en personas mayores es asunto de todos. Debería ocupar un lugar destacado en nuestra agenda y es un aspecto de nuestras vidas que requiere mucha atención, especialmente cuando tenemos más de 55 años, porque prevenir caídas es también prevenir la discapacidad. Es por eso por lo que las aseguradoras no reembolsan la totalidad o parte de las actividades de prevención de caídas. Estas actividades podrían ser en forma de un curso de prevención de caídas con un fisioterapeuta, para fortalecimiento muscular, o con un terapeuta ocupacional, que le podría aconsejar cómo convertir tu casa en un lugar a prueba de caídas, por ejemplo.

Comuníquese con su aseguradora de salud para averiguar exactamente qué reembolso puede esperar por actividades de prevención de caídas, apoyo ocupacional o asesoramiento en vivienda.

2.5 Prevención de caídas y vitamina D

En uno de nuestros artículos anteriores, Vitamina D: dieta adecuada y baños de sol para vivir más sanos, hablamos de la importancia de la vitamina D para nuestro bienestar en general. Pero está demostrado que existe también un vínculo entre la vitamina D y la prevención de caídas en personas mayores. Algunos médicos de cabecera prescriben vitamina D a sus pacientes como medida preventiva y contribución importante a la calidad de nuestros huesos. Y es que mejorar la calidad ósea tiene también un efecto positivo sobre la fuerza y la función muscular, elementos fundamentales en la prevención de caídas, pero también determinantes para disminuir la probabilidad de una fractura ósea en caso de que ocurra una caída.

VITAMINA D EN EL CUERPO

La vitamina D se puede tomar a través de los alimentos, pero la mayor parte de la vitamina D se sintetiza en nuestra piel. Puedes ver cómo funciona esto en la imagen de arriba.

El calcio también juega un papel importante en mantener nuestros huesos fuertes y saludables, por supuesto. Por lo tanto, también es importante consumir suficientes alimentos con calcio. La falta de vitamina D y calcio puede conducir a músculos y huesos débiles que pueden ser dolorosos y quebradizos. Necesitamos músculos sanos y fuertes para mantener el equilibrio, para que perdamos el equilibrio menos rápido y, por lo tanto, sea menos probable que caer. Si te caes, es importante que tus huesos sean lo suficientemente fuertes como para no romperse. Como se vio anteriormente, las fracturas de cadera son la lesión más común resultante de una caída.

¿Qué puedes hacer para obtener más vitamina D?

    • Tu médico de cabecera puede recetarte suplementos de vitamina D. Siempre habla con tu médico primero. El exceso de vitamina D puede dañar los riñones, aunque el exceso es poco frecuente.
    • Durante el período de abril a octubre, expón la piel a la luz del día durante al menos 15 minutos al día, especialmente a través de los brazos, las piernas o barriga.
    • Consumir alimentos útiles ricos en vitamina D y calcio.

Para obtener consejos completos sobre esta vitamina del sol, échale un vistazo a nuestro artículo aquí.

3. Prevención de caídas y enfermedades crónicas

No en vano se presta tanta atención a la prevención de caídas. Las cosas se complican un poco más cuando también hay una afección crónica. Por ejemplo, ¿cómo prevenir las caídas cuando alguien tiene la enfermedad de Parkinson? ¿Cuál es la mejor manera de lidiar con la prevención de caídas en personas con demencia? Preguntas importantes a las que a menudo no tenemos una respuesta inmediata. En este capítulo, vamos a ver exactamente eso.

¿Cómo pueden las personas con una afección crónica trabajar en la prevención de caídas?

3.1 Prevención de caídas en personas mayores con demencia y problemas cognitivos

Un entorno seguro y programas de ejercicios son lo más importante a la hora de prevenir caídas en personas mayores con demencia. Debido a que la demencia es relativamente común, el número de españoles con demencia ha aumentado a 200.000, y estas cifras sin duda aumentarán debido al envejecimiento de la población, y es por eso por lo que la atención a la prevención de caídas en este grupo es extremadamente importante.

Los factores de riesgo descritos en el capítulo 2.2 también se aplican a este grupo. Sin embargo, la tasa de caída en personas con problemas cognitivos y demencia es del 66%. ¡Esto resulta en tres veces más probabilidad de una fractura de cadera! Además, este grupo tiene más probabilidad de terminar en centros de atención residencial e incluso morir debido a una lesión relacionada con las caídas.

Los problemas comportamentales asociados con la demencia pueden aumentar el riesgo de caída. Las personas mayores con demencia:

  • Tienen tendencia a deambular más
  • Son más impulsivas
  • No evalúan correctamente los riesgos ambientales y capacidades propias

Prevención de caídas y problemas cognitivos

Para tratar estos y otros problemas relacionados con la demencia, a los pacientes con problemas cognitivos a menudo se les recetan medicamentos psicotrópicos. Medicamentos como estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos y antidepresivos son perjudiciales para prevenir caídas. Por lo tanto, es comprensible por qué este grupo es aún más vulnerable al grupo de personas mayores sin problemas cognitivos.

Además, se ven afectadas negativamente la capacidad de:

  • Planificar
  • Memorizar
  • Prestar atención

También hay indicios de que estas funciones están asociadas con trastornos del caminar y problemas de equilibrio. Esto dificulta la participación en programas de prevención de caídas, reduciendo la eficacia de los esfuerzos de prevención en comparación con las personas mayores sin problemas cognitivos.

¿Qué es importante considerar en la prevención de caídas y la demencia?

Al igual que con las personas mayores que no están en este grupo vulnerable, los siguientes factores son importantes en la prevención de caídas:

  • Programas de ejercicios que se centren en la movilidad, la fuerza muscular y el equilibrio
  • Evaluación y adaptación de medicamentos
  • Examen de la vista
  • Ajustes en el hogar y entorno
  • Suplementos de vitamina D

Sin embargo, para este grupo vulnerable, la eficacia de los programas de prevención de caídas puede aumentar cuando los puntos anteriores se llevan a cabo en combinación con:

  • Un programa de prevención de caídas a medida
  • Orientación de un terapeuta ocupacional, y/o un profesional sanitario, con la ayuda de un cuidador informal
El ejemplo del programa Otago

Este programa fue desarrollado por un equipo de investigación de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda. El programa Otago tiene como objetivo mejorar el equilibrio, la fuerza muscular y la movilidad de los adultos (vulnerables). La investigación ha demostrado que este programa es eficaz en personas mayores de 65 años y generalmente ha reducido las caídas en un 35%. También se observó una especial eficacia en personas mayores de 80 años. Las mejoras se observaron en el aumento de la confianza en sí mismo, la fuerza y el equilibrio en los participantes. Este programa de ejercicios es especialmente adecuado para ancianos frágiles que caminan con o sin ayudas para caminar. Podrá acceder a los ejercicios aquí, pero se recomienda que se hagan con la ayuda de alguien, dependiendo de la condición de movilidad.

3.2 Prevención de caídas y osteoporosis

En España, se estima que 3 millones de personas padecen osteoporosis. Se trata de una enfermedad esquelética crónica en la que la fuerza ósea disminuye de forma continua. Por lo tanto, las personas con osteoporosis tienen huesos muy débiles y porosos. Una persona a menudo solo sabe que tiene osteoporosis después de que se ha roto un hueso. En general, la osteoporosis no causa ninguna queja. En algunos casos, sin embargo, la osteoporosis puede causar dolor, por ejemplo, en el caso de fracturas vertebrales o vértebras colapsadas.

La osteoporosis reduce la masa ósea, pero también causa un cambio en la estructura ósea, lo que facilita las fracturas. Por lo tanto, la prevención de caídas y la osteoporosis tienen una conexión importante: después de todo, un hueso más frágil se rompe mucho más fácilmente en una caída que un hueso más fuerte.

Algunas cifras relacionadas con la osteoporosis:

  • Una de cada tres mujeres está en riesgo de fracturas debido a la osteoporosis después de la menopausia.
  • Uno de cada ocho hombres con más de 50 años puede llegar a presentar osteoporosis.
  • La muñeca, la cadera, la parte superior del brazo, las costillas y la pelvis suelen romperse debido a la osteoporosis.
  • El riesgo aumenta bruscamente entre los 65 y los 70 años.
  • A cada 30 segundos, una persona de la Unión Europea sufre una fractura por osteoporosis.
  • Para 2050, se espera que el número de fracturas por Osteoporosis se triplique.

Una fractura en personas mayores de 55 años es a menudo una razón para la prueba de osteoporosis. Es importante permanecer alerta, para que puedas tomar precauciones a tiempo. Un hueso roto obviamente tiene consecuencias negativas que se podrían prevenir mejor.

Hay algunos factores de riesgo que tú mismo(a) podrás detectar:

  • Ser mayor de 55 años
  • Tener un peso inferior a 60 kg
  • Ha tenido una fractura después de los 50 años
  • Uno o ambos padres alguna vez han roto una cadera
  • Sufrir de movilidad reducida
  • Tiene artritis reumatoide
  • Se ha caído al menos una vez en los últimos 12 meses
  • Tiene diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad intestinal, aumento de la función tiroidea o epilepsia
  • Ha estado tomando glucocorticoides por más de 3 meses

Los puntos anteriores son factores de riesgo. Si te reconoces en estos factores, puede ser una buena idea discutirlo con tu médico de cabecera. Si es necesario, entonces se te puede hacer la prueba de osteoporosis. Lleva siempre contigo tu resumen de medicamentos (esto se puede obtener de tu farmacia), para que cualquier médico sepa exactamente qué medicamentos estás tomando actualmente y saber si pueden afectar tu riesgo de caída.

3.3 Prevención de caídas y enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson tiene mucha influencia en nuestro equilibrio y, por lo tanto, las caídas pueden ocurrir más rápido. Especialmente cuando alguien ya está en la «fase intermedia» de la enfermedad de Parkinson. La fase intermedia significa que la persona ya está sintiendo los síntomas del Parkinson. Cuando alguien está en la fase inicial, todavía no siente síntomas claros.

En la fase intermedia, llegan las primeras limitaciones, y realizar de ciertas actividades se vuelve más difícil. En esta fase se discuten los problemas como el equilibrio y podemos hablar de un mayor riesgo de caída. En esta fase, la fisioterapia se utiliza para mantener y promover la práctica de actividad física y mejorar funciones en áreas problemáticas como la postura, el alcanzar, el agarrar, el equilibrar y el caminar.

En la enfermedad de Parkinson también es importante seguir moviéndose tanto como sea posible para prevenir caídas. Por supuesto, siempre se debe discutir esto en consulta con el médico, fisioterapeuta y/o terapeuta ocupacional. Especialmente con la enfermedad de Parkinson, la orientación durante alguna actividad física es extremadamente importante, porque por supuesto no es la intención que gracias al ejercicio físico se incremente el riesgo de caída.

Para reducir el riesgo de caída, se pueden considerar varias opciones terapéuticas:

  • Optimización de los medicamentos para el Parkinson
  • Reducción o interrupción de los sedantes
  • Fisioterapia destinada a mejorar el equilibrio
  • Intervención de enfermeras y terapeutas ocupacionales, entre otros

¿Te gustaría saber más sobre el tema? Podrás consultar aquí el artículo de nuestro blog Enfermedad de Parkinson, movilidad y equilibrio.

4. Prevención de caídas: adaptaciones al hogar y al medio ambiente

Como hemos visto en los capítulos anteriores, la prevención de caídas es necesaria y, además, es asunto de todos.
Recuerda que una caída que resulta en una lesión casi siempre afecta a todos los aspectos de nuestras vidas.

Afortunadamente, hay medidas que podemos tomar para garantizar que el riesgo se reduzca significativamente.
En el próximo capítulo veremos qué adaptaciones podemos hacer en nuestro hogar y entorno para evitar caídas en la medida de lo posible.

4.1 Prevención de caídas en el baño

La mayoría de los accidentes relacionados con las caídas en casa ocurren en el baño y en el inodoro. Esto es muy comprensible. La humedad, las baldosas lisas y los productos de jabón pueden formar una combinación peligrosa. Especialmente cuando no se aplican las medidas adecuadas. Hay varias medidas que podemos aplicar en nuestro baño y aseo para crear un lugar seguro:

Sustituya la bañera por una ducha a ras de suelo para personas mayores: las duchas a ras de suelo especialmente diseñadas para los ancianos a menudo vienen con todas las características de seguridad que necesita, tales como:

  • Suelo antideslizante
  • Resina antibacteriana
  • Refuerzo en el cristal
  • Barras de apoyo
  • Silla ergonómica

¡Atención! Siempre es una buena idea buscar consejo de un terapeuta ocupacional o experto en movilidad.

Dependiendo del nivel de movilidad del usuario, hay muchas opciones disponibles. Es importante elegir una solución para el baño con el asesoramiento de expertos.

Para obtener información detallada sobre la importancia del cuidado personal y hacer que el aseo sea un seguro, consulte el artículo Seguridad en el Baño: consejos para nuestros mayores en nuestro blog.

4.2 Prevención de caídas en las escaleras

Además de los baños, la escalera es uno de los lugares más peligrosos en lo que respecta a caídas. A menudo sucede que cuando subir escaleras ya no es posible, tratamos de evitarlas. Como resultado, bajamos la cama a la planta baja y elegimos vivir en la planta baja, lo que supone una pérdida de privacidad, dejar de disfrutar de toda la cada y la consecuente pérdida de calidad de vida. Otras personas, sin embargo, seguirán queriendo utilizar las escaleras cuando incluso cuando ya no es seguro, llegando al extremo de subir y bajar las escaleras a gatas.

Mantener la dignidad, el control y la independencia es muy importante para nuestra calidad de vida. Cuando podemos preservarlas a través de ayudas y así evitar las consecuencias a menudo muy graves de las caídas, es importante buscar una solución de prevención. Un terapeuta ocupacional y/o un experto en movilidad también puede asesorarte en estas situaciones.

¿Cómo hacemos que las escaleras sean a prueba de caídas?

Pasamanos resistentes:

Asegúrese de que hay lugares a los que agarrarse en diferentes puntos a lo largo de las escaleras, en ambos lados. Un soporte adicional al final de las escaleras donde los extremos del pasamanos también pueden proporcionar un gran apoyo.

Buena iluminación:

No podemos utilizar bombillas que emiten una luz acogedora y débil, sino una luz blanca que realmente ilumine toda la escalera.

Sin alfombras sueltas:

La alfombra suelta es una de las formas más comunes de tropezar. Asegúrate de que la alfombra esté sujeta a los escalones por un profesional o mejor retira la alfombra por completo sustituyéndola por bandas antideslizantes.

Ayudas de movilidad:

La instalación de una silla salvaescaleras hará que tu escalera sea a prueba de caídas. Es una solución para tener en cuenta incluso si nunca te has caído, si solamente quieres prevenir una caída. A menudo pensamos en esta solución demasiado tarde. Por lo tanto, la mayoría de las personas que tienen una silla salvaescaleras instalada realmente se convencen de que deberían haberla instalado antes. A la hora de elegir una silla salvaescaleras, es importante que tengas en cuenta principalmente que sea una marca que te ofrezca confianza y tranquilidad, la calidad de los materiales, que sea un modelo que se adapte a tus necesidades o a las de tu ser querido, para total seguridad, ya que de eso se trata: ¡de estar seguros en las escaleras!

4.3 Prevención de caídas en el salón y dormitorio

El salón y el dormitorio también son lugares propicios a los accidentes. Las pequeñas cosas en las que nunca pensamos a menudo pueden ser más peligrosas de lo que pensábamos. Afortunadamente, ¡hay mucho que puedes hacer al respecto!

Además, en el caso de la prevención de caídas en el salón y en el dormitorio, un terapeuta ocupacional puede crear un asesoramiento personalizado, basado en las necesidades de la persona con movilidad reducida. Después de todo, hacer que el hogar sea a prueba de caídas no es solo una cuestión de eliminar o ajustar los obstáculos en el hogar, sino que también ayudar a la persona mayor a concienciarse de lo que puede o no puede hacer en su entorno.

¿Cómo hacemos que el salón y el dormitorio sean a prueba de caídas?

Suelo: al igual que en otras áreas de la casa, quitar alfombras es muy importante. La eliminación de umbrales o el uso de ayudas para trasponer los umbrales o desniveles también pueden ofrecer una solución.

Muebles elevados: elevar el sofá, la silla o la cama hace que sea más fácil levantarse, para que se sienta más estable y tenga más agarre en el equilibrio. Una «silla para estar de pie» también puede ser una ayuda cómoda.

Sin cables sueltos: estos pueden hacer que tropecemos. Por lo tanto, atar el cableado suelto es una medida lógica.

Un soporte de cama: colocar un «soporte extra» junto a la cama para obtener más apoyo al levantarte. También es una idea para utilizar en el salón, para cuando te levantes del sillón.

Obstáculos y otros objetos sueltos: por ejemplo, armarios, mesas y cajas deben estar dispuestos de forma ordenada y bien asegurados, ya que pueden hacer que tropecemos u ofrecer un falso apoyo.

Buena iluminación: cuanto más envejecemos, menos bien funcionan nuestros ojos. Por lo tanto, es extremadamente importante que haya mucha luz disponible y que el interruptor de luz sea de fácil acceso. Por ejemplo, iluminar la pasarela desde el dormitorio hasta el inodoro para que sea claramente visible si la persona debe ir al baño por la noche.

Espacio entre los muebles: para evitar caídas, es importante dejar suficiente espacio entre los muebles. También asegurarse de que no hay obstáculos, para que sea fácil recorrer la casa si utilizas un bastón o un andador.

4.4 Prevención de caídas en la cocina

Las medidas generales de prevención de caídas también se aplican en la cocina, como una buena iluminación, un piso uniforme y sin alfombras sueltas u otros objetos. En la cocina, también se puede considerar lo siguiente:

  • Buena organización de la cocina: los objetos que más se utilizan se deben colocan mejor en armarios o lugares de fácil acceso para evitar que tengan que subirse en sillas o agacharse demasiado.

4.5 Prevención de caídas en el jardín

Hemos visto que el ejercicio es bueno para prevenir caídas y estar ocupado en el jardín puede ser una buena actividad para seguir moviéndose, pero siempre que se haga de forma segura.

Hay pequeñas cosas que podemos ajustar en el jardín para que también éste sea a prueba de caídas. Echa un vistazo a los puntos principales a continuación:

Instalación de una silla salvaescaleras de exterior: ¿evitas salir al jardín porque temes utilizar las escaleras? Entonces, una silla salvaescaleras de exterior, resistente a la intemperie, podría una buena forma de prevenir una caída en las escaleras del exterior de la casa.

Ordenar los objetos de jardinería: reserva un lugar donde puedas almacenar y organizar fácilmente todos los utensilios, para sea fácil acceder a ellos. Por ejemplo, en una caja que esté a la altura de cintura, para que no tenga que estirarse, subirse a una silla o escaleras, o agacharse demasiado. También este importante que estos objetos no queden tirados por el jardín, ya que podrías fácilmente tropezar en ellos.

Caminos y pasos seguros, con buena iluminación: es importante que los caminos o pasos del jardín no se vuelvan resbaladizos cuando ha llovido, por ejemplo. Incluso vale la pena reemplazar este tipo de caminos con material antideslizante. Naturalmente, estos pasos deben contar también con buena iluminación.

4.6 Prevención de caídas y calzado

Los zapatos no solo afectan el equilibrio de una persona, sino también el riesgo de caerse. El calzado incorrecto puede hacer que el usuario se resbale, se tropiece o se caiga. Caminar en casa sin zapatos también puede crear un riesgo de caída. Por ejemplo, andar de calcetines aumenta el riesgo de resbalar.

Así que los buenos zapatos pueden ser un gran factor en la prevención de caídas, pero ¿qué se debe tener en cuenta al elegir zapatos resistentes a las caídas? Primero, miramos el tipo de zapatos que las personas mayores suelen usar en casa.

Las investigaciones han demostrado que las personas mayores a menudo usan zapatillas, calcetines, zapatos que no se ajustan correctamente o mocasines. En la mayoría de los casos, estos están hechos de un material blando, que puede conducir a problemas como juanetes (saber más sobre Juanetes: consejos para la prevención y cuidado de los pies). Desafortunadamente, estos zapatos a menudo no proporcionan suficiente agarre y, por lo tanto, pueden ser un peligro para mantener el equilibrio.

Fuera de la casa, también, a menudo se ve que las personas mayores eligen zapatos que son demasiado grandes, demasiado flexibles o largos para proporcionar comodidad para los pies dolorosos. También suelen utilizar zapatos sin cordones o con cierre de velcro, para que sea más fácil cerrar el zapato, ya que no pueden estar demasiado tiempo agachados o no pueden agacharse del todo.

No solo es muy importante que usen zapatos bien ajustados que ofrezcan comodidad a los pies, pero también es importante considerar lo seguros que son. Por lo tanto, se debe encontrar un equilibrio entre un zapato que sea cómodo y seguro.

¿A qué deben prestar atención los mayores al comprar zapatos a prueba de caídas?

Talonera reforzada:

Proporciona apoyo adicional al tobillo para que estemos literalmente «más seguros en nuestros zapatos» y tengamos más equilibrio.

Entresuela fina y firme:

Para comodidad y agarre. Una suela completamente gruesa puede hacer que el usuario tenga menos sensibilidad, reduciendo el equilibrio. Sin embargo, es importante que sea una suela firme.

Tacón bajo:

Los tacones altos se asocian con un mayor riesgo de caída porque el centro de gravedad del usuario se desplaza hacia adelante y, por lo tanto, puede afectar tanto al equilibrio como a la postura.

Suela antideslizante:

Hecha de goma y no de cuero. Esto es para asegurar que el zapato ofrezca un buen agarre en las superficies.

Talón biselado:

Puede proporcionar más agarre, especialmente en superficies mojadas.

Sistema de cierre:

Cordones o velcro para asegurar que el zapato se ajuste mejor al pie.

Zapatos bien ajustados:

Los zapatos sueltos o gastados no proporcionan una estabilidad adecuada y, por lo tanto, no ayudan a prevenir caídas.

Por supuesto, si está en casa, preferirás utilizar zapatillas o pantuflas. Sin embargo, es importante que estos tengan una suela antideslizante y que encierren bien el pie. Lo ideal es consultar una casa especialista en zapatos.

5. Medidas de prevención de caídas

Adaptaciones al entorno

Evaluación del uso de medicamentos

Buscar el calzado adecuado

Mejorar el equilibrio

Ingesta de vitamina D

Mejorar la visión

5.1 Prevención de caídas y medicación

Como hemos visto con los factores de riesgo de caída, algunos medicamentos pueden ayudar a provocar caídas. De hecho, las caídas y los medicamentos a menudo van de la mano. Este es el caso, por ejemplo, de los psicofármacos. Cuando alguien tiene la enfermedad de Parkinson o demencia, se prescriben a menudo este tipo de medicamentos. ¿Cómo podemos hacer frente a estas enfermedades, sin dejar de trabajar en la prevención de caídas?

Es importante tener en cuenta que debes siempre consultar a tu médico. Después de todo, tu médico conoce tu historial de salud completo y puede dar consejos como ningún otro con respecto a tu riesgo de caída y los medicamentos que estás tomando ahora y que has tomado en el pasado. Tu historial de medicamentos también es importante, porque los medicamentos permanecen en nuestro sistema más tiempo cuando somos mayores.

Sabemos, de hecho, que hay medicamentos que aumentan el riesgo de caída. Si estás tomando uno o más de los siguientes medicamentos y sientes que – o tu ser querido mayor – te desequilibran más fácilmente, es mejor discutirlo con tu médico. Quién sabe, puede ser necesaria una reevaluación de la ingesta de esos medicamentos.

Los síntomas que el medicamento puede no ayudar a prevenir las caídas incluyen:

  • Mareos
  • Somnolencia

Habla sobre estos síntomas con tu médico de cabecera, incluso si, por ejemplo, no te sientes confortable con la cantidad de medicamentos que estás tomando.

5.2 ¿Por qué es tan importante el ejercicio para los mayores en la prevención de caídas?

Los programas de ejercicio para las personas mayores son especialmente importantes con el fin de mejorar la movilidad, la fuerza muscular y mejorar el equilibrio. La investigación demuestra que esto es muy eficaz en la prevención de caídas y proporciona bienestar general. Estar activamente involucrado en una actividad física también puede dar la confianza perdida, por ejemplo, después de una caída, ya que ayudará a combatir el miedo de volver a caerse.

Caminar es una actividad física que muchas personas mayores disfrutan haciendo. Sin embargo, caminar no es suficiente para mejorar la fuerza muscular y por lo tanto el equilibrio. Para las personas mayores con problemas de equilibrio, se recomienda fisioterapia y un curso de prevención de caídas que está dirigido a fortalecer la fuerza muscular.

6. Información adicional útil para la prevención de caídas en los ancianos

6.1 ¿Dónde puedes encontrar información sobre un curso de prevención de caídas?

En España, las actividades de prevención de caídas se organizan a través de diversos organismos como centros de fisioterapia, centros de salud e instalaciones deportivas que se centran en la sensibilización y concienciación de personas mayores y familias.

Moverse en casa durante la crisis del coronavirus

Desde abril de 2020 que estas iniciativas se han visto bloqueadas por la pandemia, sin embargo, van surgiendo formas alternativas, en lo digital, de acceder a los consejos de un fisioterapeuta que te orientará con ejercicios sencillos para seguir moviéndote en casa, de forma segura. Presentamos, a continuación, otros consejos básicos.

6.2 Al levantarte, primero siéntate en el borde de la cama

Al levantarnos de la cama, nuestra presión arterial cae ligeramente. Esto sucede porque hemos estado tumbados toda la noche y el corazón debe bombear más fuerte de nuevo para enviar suficiente sangre a la cabeza. El bajón de la presión arterial puede hacerte sentir mareado o inestable, lo que aumenta el riesgo de caer. Si primero damos a nuestro cuerpo la oportunidad de despertar, con tranquilidad, este riesgo de caída se puede prevenir.

6.3 Lista de verificación para la prevención de caídas

Esta práctica lista de comprobación de prevención de caídas puede darte una mejor idea de tu propio riesgo de caída o el riesgo de caída de tu ser querido. ¿Puedes verificar la mayoría de los puntos a continuación? Entonces parece que tienes un bajo riesgo de caerte. ¿No puedes verificar la mayoría de esos puntos? Entonces el riesgo de caerte es considerable. En cualquier caso, es una buena idea hablar con tu médico o fisioterapeuta que te puede guiar en la educación para la prevención de caídas.

¿Qué tan bien satisface tu hogar la prevención de caídas?

Escaleras:

  • Los escalones tienen una superficie lisa, sin alfombra.
  • Hay barandillas a ambos lados de la escalera.
  • La escalera está bien iluminada.
  • Hay barras de apoyo adicionales en la parte superior e inferior de las escaleras.
  • La escalera tiene una ayuda para la movilidad, como una silla salvaescaleras.

Baño:

  • El baño ha sido reemplazado por una ducha a ras de suelo (para personas mayores).
  • El baño/ducha tiene un umbral extra bajo.
  • Hay esteras antideslizantes seguras en lugares estratégicos.
  • Hay barras de apoyo seguras dentro y alrededor de la ducha y a ambos lados del inodoro.
  • Hay un lugar seguro para sentarte durante la ducha, si es necesario.
  • La habitación está bien iluminada.
  • Los elementos que se utilizan con más frecuencia son de fácil acceso.

Cocina, salón y dormitorio:

  • El suelo tiene una superficie lisa y uniforme.
  • No hay umbrales ni alfombras sueltas.
  • No hay cables sueltos.
  • El espacio está bien iluminado.
  • Cuando sea necesario, hay luces nocturnas.
  • Se han elevado muebles como el sofá o la cama.
  • Hay un soporte para la cama, para que puedas levantarte con facilidad.
  • Hay tan pocos obstáculos u objetos en medio como sea posible.
  • Los objetos más utilizados están en los estantes inferiores.

Jardín y exterior:

  • Los pasos y caminos no tienen obstáculos en el recorrido.
  • No se vuelven resbaladizos o peligrosos cuando está llueve o cae hielo.
  • Hay una iluminación adecuada.
  • La escalera de acceso al exterior tiene una ayuda a la movilidad, como una silla salvaescaleras.
  • Hay buenas instalaciones de aparcamiento.

¿Cuándo te puedes considerar una persona mayor con poco riesgo de caída?

  • Pesas más de 60 kg.
  • Nunca te has roto un hueso después de cumplir 50 años.
  • Ninguno de tus padres se ha roto la cadera.
  • Tu movilidad no ha disminuido en los últimos tiempos.
  • No tienes artritis reumatoide.
  • No has caído en el último año.
  • No has utilizado glucocorticoides durante más de 3 meses.
  • No tienes diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad intestinal, aumento de la función tiroidea o epilepsia.
  • No tienes dificultad con las funciones cognitivas como la atención y la concentración.
  • No te sientes confundido ni mareado.
  • No sueles ir al baño por la noche.
  • No tienes problemas de audición o visión.
  • No tienes juanetes.
  • No tienes osteoporosis.
  • Tus niveles de vitamina D o calcio no son demasiado bajos.
  • No sientes dolor en las rodillas ni en ningún otro lugar que te haga sentir menos estable.
  • Haces suficiente ejercicio y trabajas el fortalecimiento de la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio.
  • Usas zapatos de apoyo resistentes con una suela antideslizante y tacón bajo.
  • Hablas con tu médico sobre la ingesta adecuada de medicamentos.
  • Participas en cursos de ejercicio y prevención de caídas.
  • Al levantarte de la cama, primero te sientas en el borde, para evitar mareos.

Si nos ponemos a pensar, hay pocas personas con más de 55 años que cumplan la totalidad de estos requisitos. Por eso, no dejes de estar atento(a) a las señales, incluso las que podrían parecer insignificantes. También a las señales que podría demostrar tu ser querido mayor, porque recuerda: ¡la prevención de caídas es asunto de todos! Y mantener muchos de los factores de riesgo bajo control está en nuestras manos.